En un paraje remoto del Pirineo catalán, donde la natura imponía su majestuosidad, el ingenio humano desafió las dificultades para levantar un complejo industrial pionero. La construcción de la fábrica Asland supuso un desafío logístico debido a su ubicación remota. El transporte de materiales y maquinaria desde los Estados Unidos requirió soluciones innovadoras.
Inicialmente, se utilizó un locomobile, un tren de vapor de carretera, para el transporte entre Olvan-Cal Rosal y la fábrica. Con la apertura de la fábrica el 1904, la llegada del ferrocarril en Guardiola de Berguedà facilitó el transporte, pero persistía la necesidad de cubrir la distancia restante.
La empresa Asland construyó el "carrilet", un ferrocarril secundario, y un teleférico para conectar las minas de carbón. Estas soluciones fueron fundamentales para el funcionamiento de la fábrica.
Actualmente, se puede recorrer parte del trayecto con un tren turístico hasta el Museu del Ciment, ofreciendo una perspectiva histórica del pasado industrial de la región: Tren del Cemento.